Sonsoles Fernández Sáez · Librería Ediciones Tantín
Ha crecido entre libros y el olor a tinta impresa. Bióloga de formación, sostiene que la lectura perjudica seriamente la ignorancia y que no podría vivir sin libros. Amante del senderismo, se reconoce apasionada de la novela negra y dice que al menos lee dos títulos al mes, una cifra que procura doblar en vacaciones. Desde su librería en Camilo Alonso Vega, defiende que el canal virtual les ha ayudado a darse a conocer fuera de Cantabria y reclama un código de buenas prácticas que salvaguarde el papel de los libreros de proximidad.
“Todo está en los libros. Si buscas algo, seguro que lo encuentras.
Y mejor que en internet”
“Fuera del mercado de los best seller, hay otro mundo mucho más rico que también tiene su clientela”
“Tengo muchas más clientas que clientes, sobre todo lectoras de más de 50 años”
Pregunta.– Tú escribes, nosotros publicamos. ¿Así de sencillo?
Respuesta.– Sí, así de fácil y de sencillo. Vienes, vemos y estudiamos el proyecto y le damos forma.
P.– En 1983 crearon su editorial para contribuir a dar a conocer Cantabria y su cultura. Desde entonces acumulan más de 700 títulos publicados sobre temática regional. ¿Objetivo cumplido?
R.– Sí, el objetivo está cumplido aunque lo cierto es que al inicio tampoco quisimos marcarnos una meta concreta. Más bien nuestra idea fue buscar un nicho en el que dar la oportunidad a los creadores vinculados con Cantabria que querían publicar y no sabían muy bien cómo hacerlo porque llegar a las grandes editoriales a veces no es nada sencillo. En este sentido, diría que sí hemos cumplido con creces.
P.– Cada hora se publican en España diez libros nuevos. ¿Se editan demasiados títulos?
R.– Bueno, es una respuesta complicada. ¿Cuántos títulos deberían publicarse? Pues la verdad que no lo sé. En nuestro caso lo que buscamos es satisfacer la necesidad del cliente que quiere contar una historia, muchas veces a su familia o allegado, o de publicar un trabajo divulgativo y de investigación. ¿Estamos saturadas las librerías porque recibimos muchísimas novedades? Pues sí. Hay momentos en los que tienes que elegir y al final, como es nuestro caso, la especialización es lo que nos permite hacer esa elección. Se podría abrir una librería solo de libros de naturaleza; de solo libros de Cantabria; de solo guías de viajes… Porque todo está en los libros. Si buscas algo, seguro que lo encuentras. Y mejor que en internet.
P.– Fuera de catálogo. ¿El mercado manda más que la literatura?
R.– No, aunque haya títulos descatalogados, nosotros los buscamos en librerías de lo antiguo y donde haga falta para encontrar ese libro que quiere el cliente. Fuera del mercado de los best seller, hay otro mundo mucho más rico que también tiene su clientela.
P.– Expertos del sector sostienen que la labor de las editoriales es la de seleccionar los mejores contenidos para sus catálogos y la de las librerías la de escoger aquellos que se ajusten a sus clientes. ¿En qué tarea se encuentra más cómoda?
R.– Yo realmente lo que hago es intentar dar al cliente lo que me pide. Como librera, al principio teníamos una oferta con una temática 100% ligada a Cantabria pero con el tiempo nos hemos ido amoldando a lo que el cliente te solicita manteniendo, eso sí, un fondo de libros con peso investigador y divulgativo. Es decir, es un mix entre lo que tú quieres hacer porque son libros bien hechos y rigurosos y lo que el cliente te demanda.
Librerías, como es nuestro caso, que se dediquen única y exclusivamente a vender libros no de texto y sin papelería tienen que estar abiertas a los gustos de los clientes. Porque al final esto es un comercio y de lo que se trata es de vender. En el caso de la editorial, hablamos un poco de lo mismo. Tenemos una sección más de autoedición y otra de apuesta por libros con más fondo y trascendencia que vienen avalados por un escritor que ha hecho un buen trabajo de investigación.
P.– Un librero debe ser un buen prescriptor. ¿Verdad o mentira?
R.– Ni verdad ni mentira. Las cosas no son absolutas. El cliente cada vez más sabe lo que quiere. Hay dos tipos de clientes: el que viene con la lista de libros que necesita y que quiere y el que viene buscando un regalo al que puedes aconsejar. Lo que sí tienes que hacer es conocer muy bien el catálogo.
P.– El último Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros en España refleja que el 64,8% de los españoles leen libros en su tiempo libre, casi seis puntos más que hace diez años, aunque reconoce que aún persiste un importante número de personas que no lee nunca o casi nunca (35,2%). ¿Con qué dato de los dos se queda?
R.– Con el primero, que refleja un incremento de la población lectora. Cuando salimos de la pandemia, la gente se volcó con las librerías y compró muchísimos libros. Del otro lado, el nunca, nunca no me lo termino de creer.
P.– Casi la mitad de los que no leen aseguran que no lo hacen por falta de tiempo libre. ¿Esto se lo cree?
R.– Tampoco. Si te sabes organizar, tiempo libre tenemos todos. Solo con dejar un rato aparcado las redes sociales y el móvil… Si un día dejara de funcionar internet, a mucha gente le sobraría muchísimo tiempo. El problema es que muchas veces no sabes manejar ese tiempo libre y nos dejamos llevar por la tecnología. Leer es un esfuerzo, pero es un hábito muy bueno y saludable. Con los libros viajas, aprendes, conoces las vidas de otras personas, te ayudan y te dan soluciones…
P.– Este estudio, elaborado por la Federación de Gremios de Editores de España, también destaca que las mujeres son considerablemente más lectoras que los hombres y que el tramo con mayor población lectora es el comprendido entre los 14 y los 24 años, si bien resalta que el porcentaje de lectores con 65 o más años es el que ha experimentado un mayor incremento en la última década. ¿La lectura entiende de sexos y de edades?
R.– Sí. Tengo muchas más clientas que clientes, sobre todo lectoras de más de 50 años.
P.– Desde el sector se reclama con insistencia un Pacto Social por el libro y la lectura que implique a toda la sociedad y no solo a los partidos políticos. ¿Lo encuentra necesario?
R.– Totalmente necesario. Aquí es que también entran temas como la venta de libros en gasolineras o en supermercados. Un libro no es un producto cualquiera, sino que necesita de una prescripción, de por qué está ahí. Sobre todo en la cadena del libro, de los editores, distribuidores y librerías, está claro que los libreros somos los más ninguneados. Y eso sin hablar de las bibliotecas, con las que desde el gremio de libreros mantenemos una lucha para que compren en las librerías de proximidad. En Cantabria hace falta una hoja de ruta, una especie de código de buenas prácticas en cuanto a los descuentos y las compras para que, aunque tienen que salir por licitación, estén regulados de alguna forma y se cumpla con la ley. No podemos olvidar que el libro es el único artículo que tiene precio fijo por ley. Y que las librerías solo podemos hacer un 5% de descuento.
P.– ¿Papel, soporte digital o audiolibros?
R.– Papel, sin duda. El papel lo aguanta todo. Es como cuando llegó la televisión y decían que iba a ser el fin de la radio. Pues no. Con el papel pasa algo parecido.
P.– La librería tradicional se mantiene como el principal canal de compra de libros no de texto, aunque cada vez seguido más de cerca por internet. ¿Amenaza u oportunidad?
R.– Oportunidad. Hay que compaginar la tienda física con la virtual. Sin ninguna duda. Es una oportunidad para darte a conocer fuera de tu ciudad o región.
P.– Gastar dinero en los libros es una inversión que rinde buen interés. ¿Lo suscribe?
R.– Por supuesto. Rinde muy buen interés porque es un producto que dura muchos años, q ue puedes volver a leer y dejar a tus hijos y nietos. Una casa sin libros es como un jardín sin flores.
P.– Jorge Luis Borges decía que era incapaz de imaginar un mundo sin libros. ¿Usted tampoco?
R.– Yo tampoco me lo imagino. El día en que se acaben los libros no sé qué puede pasar. Diría que sin la cultura en general. Por ejemplo, sin música tampoco podría vivir.
P.– Dígame, ¿qué es un libro para usted?
R.– Es un objeto que te abre los ojos, te sorprende, que te hace imaginar y que te enseña muchas cosas. Además, un libro dibuja un imaginario diferente en cada persona que lo lee.
Un poco más
Un imprescindible
Patria, de Fernando Aramburu.
El más vendido
Los que se echaron al monte, de Isidro Cicero. Es el best seller cántabro. Hemos vendido 100.000 ejemplares.
Un género
Novela negra. Crecí con ella. También me gusta la historia.
Uno por publicar
Vinculados a Cantabria, faltan libros de fotografías. Y también libros que hablen más de la historia regional.
¿A quién le daría el Premio Nobel de Literatura?
Ya no es posible, pero se lo daría a Concha Espina. Además de escritora ilustrada, fue una mujer comprometida y adelantada a su tiempo que además le tocó vivir en una época muy complicada. Pese a que al final de su vida se quedó ciega, nunca dejo de escribir.