Lara Samperio y Marie Miqueu · Quima Concept Store (Premio Santander Comercio Innovador 2023)

“El comercio de Santander es muy estacional”

Son las dos caras de un proyecto innovador que busca poner en valor los paisajes y la cultura de Cantabria. Dos mujeres inquietas de formación académica dispar pero apasionadas por igual del arte y la vida que quieren abrirse camino con láminas, ilustraciones y otros complementos de estilo vintage creados y diseñados por ellas mismas. Un estudio creativo con sello de compromiso social y ecológico que ha abierto tienda para quedarse. Son Lara, de Santander; y Marie, de Pau (Francia). Dos mujeres y una marca: Quima.

 

Tratamos de crear el típico cartel de principios del siglo XX, pero con un toque moderno al que le hemos añadido un seña de identidad de cada lugar que representamos”

 

Nuestro cliente estrella es un cántabro que vive fuera de Cantabria.

El que compra una ilustración enmarcada es alguien al que le llega al corazón”

 

El comercio electrónico depende mucho de la inversión.

No se trata solo de crear una web y ya está. Hay que dedicarle tiempo y dinero”

 

Pregunta.– El Ayuntamiento les ha distinguido recientemente con el premio al Comercio Innovador 2023. ¿Se lo esperaban?

Respuesta.– La verdad es que no. Aunque este proyecto lo iniciamos hace dos años, lo cierto es que apenas ocho meses con la tienda abierta. Somos, por tanto, comerciantes noveles y este reconocimiento nos ha sorprendido muy gratamente.

P.– Ambas vienen de dos mundos –Lara es ingeniera de telecomunicaciones y Marie estudió Ciencias Políticas– que poco o nada tienen que ver con el comercio. ¿Por qué esta apuesta?

R.– Realmente nosotras no empezamos como comercio sino como marca [Quima]. En 2021 comenzamos con el diseño de un forma un tanto autodidacta y acudiendo con distintos productos a ferias, mercados y markets, que también vendíamos en otras tiendas. La apertura del comercio fue de alguna forma la siguiente etapa lógica para el crecimiento y desarrollo de la marca. No nacimos como comerciantes, sino más bien como creadoras. La tienda nos permite exponer y dar a conocer lo que hacemos. Es, digamos, nuestra vitrina, pero lo cierto es que el comercio nos llamó más a nosotras que nosotros a él.

P.– Diseñan productos con un estilo retro de lugares emblemáticos de Cantabria. ¿Lo vintage está de moda?

R.– Está de moda, sí. Lo está desde hace tiempo en Francia o Portugal y lo empieza a estar ahora en España, primero en el País Vasco y poco a poco también en el resto del país. Nosotras estas ilustraciones las vimos en Francia. Tratamos de crear el típico cartel de principios del siglo XX, pero con un toque moderno al que le hemos añadido un seña de identidad de cada lugar que representamos: el Faro de Cabo Mayor con una moto porque todo el mundo subía en moto; La Isla de Mouro con una buceadora porque es la típica zona de buceo, Peña Cabarga con un ciclista porque es una subida mítica…

P.– Díganme tres atributos que definan sus productos.

R.– Vintage, creativos y Km 0 o local. Intentamos, siempre que podemos, que nuestros fabricantes o proveedores sean de Cantabria. Los calcetines, que son de algodón orgánico, es imposible que sean de aquí, pero son de Burgos, que está muy cerca. Todo nuestros productos son de fabricación nacional, salvo los imanes, que no los encontramos aquí. Queremos que sean la expresión de un compromiso social y ecológico.

P.– Y un lugar aún por incorporar a sus diseños.

R.– Nos falta montaña, interior. Tenemos sobre todo ilustraciones de costa. Tenemos Fuente Dé y el nacimiento del Ebro en Fontibre, sí, pero es una tarea pendiente. Si somos sinceras no es que no queremos, porque tenemos alguna propuesta a medias, pero no nos acaban de convencer (se ríen). Además, hay clientes que nos hacen sugerencia. Lo que más nos piden es el Puntal.

P.– ¿Quién compra láminas y travel posters?

R.– Nuestro cliente estrella es un cántabro que vive fuera de Cantabria. Las personas creen erróneamente que pueden ser los turistas, pero no es así. Los turistas pueden comprar una postal, un detalle, pero el que compra una ilustración enmarcada es alguien al que nuestras creaciones le llegan al corazón. Y ese, generalmente, es un cántabro que reside lejos de aquí. Sabemos que nuestras ilustraciones han viajado a Australia, Suecia, Estados Unidos, Méjico, Sudáfrica…

 

 

 

P.– Su tienda apenas lleva unos meses abierta. ¿Qué es lo que más les ha sorprendido o llamado la atención del comercio local?

R.­ – Aunque no es ninguna sorpresa, porque ya nos lo esperábamos, que es un comercio muy estacional. Llevamos muy poco tiempo y todavía nos resulta difícil extraer conclusiones. Vamos un poco sobre la marcha y viendo tendencias, pero como no podemos comparar con otros años... Lo que sí es cierto es que es que la gente está muy hecha a unos horarios establecidos.

P.– Las ventas online no paran de crecer y cada vez acumulan un porcentaje mayor del total de las ventas. ¿También es su caso?

R.– No, no representa un porcentaje tan alto. Es también muy estacional. En Navidad, por ejemplo, nuestras ventas online han aumentado muchísimo. Antes de abrir la tienda sí que era casi nuestro único vehículo para darnos a conocer pero ahora, con la tienda física, no le damos tanta importancia, aunque obviamente también queremos que continúe creciendo. En cualquier caso, el comercio electrónico depende mucho de la inversión que destines a su desarrollo. No se trata solo de crear una web y ya está. Hay que dedicarle tiempo y mucho dinero para que te lleguen a ver.

P.– Los expertos apuntan al creciente poder y potencial de la inteligencia artificial en el comercio minorista con soluciones que van desde generar promociones visuales y recomendaciones personalizadas hasta la gestión de inventarios. ¿Lo comparten?

R.– Es evidente que la inteligencia artificial (IA) va a cambiar muchas cosas y que oponerse a ello no tiene ningún sentido. Es una herramienta, como otras que han aparecido antes, que sin duda acabaremos utilizando de un modo u otro, pero habrá que saber cómo hacerlo, analizarlo y gestionarlo para ver lo que está bien y lo que está mal. No basta con decir que el trabajo está hecho. No sabemos aún hacia dónde va a ir, pero lo que es seguro es que la IA va a venir.

P.– La Unión de Trabajadores Autónomos de Cantabria (UTAC) sostiene que la región tiene un problema muy serio con el comercio que, según sus cálculos, ha perdido 465 negocios en los últimos tres años. ¿Exageran?

R.– Acabamos de empezar como comerciantes y para nosotras es un poco complicado evaluarlo. Como clientes y ciudadanas lo que sí vemos por las calles es muchos locales en alquiler. Es evidente que los altos precios del alquiler algo tendrán que ver con esta situación. Como hemos dicho antes, la estacionalidad del comercio hace que seguramente las cuentas no salgan tan fácil durante los meses más flojos del año. Pero no podemos comparar porque, como ya hemos dicho, nosotras llevamos poco tiempo. Además, en nuestro caso se trata, por ejemplo, de láminas vintage que ahora mismo solo se pueden comprar en nuestra tienda. De momento nos va bien porque tenemos este producto concreto. Otra cosa es lo que puede ocurrir en una frutería o tienda de ropa en las que hay muchas más posibilidades de elección. La competencia llegará o vendrán tiempos en los que gusten otros estilos. Son modas y nos adaptaremos. Habrá que reinventarse.

P.– El 82% de los pequeños comercios consideran que la reducción de la presión fiscal sería beneficiosa para mejorar su situación a medio plazo, según el Observatorio de Competitividad Empresarial publicado por la Cámara de Comercio de España. ¿Lo suscriben?

R.– Como llevamos poco tiempo es difícil pronunciarse. Pero como autónomas desde hace varios años la verdad es que cuesta. Es empezar a enumerar gastos y no parar. Ahora con la tienda es obvio que tenemos unos gastos fijos bastante más elevados que antes. Se agradecería una rebaja fiscal.

 

 

P.– Dicen que la sostenibilidad y el comercio local van de la mano pero, sin embargo, los ingresos de las grandes plataformas de ventas on line no paren de crecer a la par que se reducen los de muchos pequeños comerciantes. ¿Hacen faltan más consumidores responsables?

R.– Si, sin duda. Más educación en esta tema y quizá mayor presión fiscal a los grandes y menos a los pequeños. Que se promueva y promocione el comercio de proximidad y facilite el consumo de cercanía. Que Amazon te reparta casi en el mismo día no nos hace ningún favor. Los clientes pretenden que los pequeños comerciantes hagamos lo mismo y eso es imposible. Nuestros contratos no son los mismos que los de una gran multinacional. Vendría bien un poco más de calma porque estamos acostumbrados a que todo sea inmediato. No pasa nada por esperar dos o tres días.

P.– El aumento de los precios, la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores, las dificultades de abastecimiento por problemas con los proveedores, los aprietos a la hora de conseguir apoyo financiero, la competencia de las ventas online o ambulantes ilegales, o… A su juicio, ¿cuál es el principal desafío al que se enfrentan?

R.– La pérdida de poder adquisitivo. Al trabajar con proveedores locales, los problemas de desabastecimiento no nos afectan tanto. Ni hemos hecho una inversión tan grande para ver si los bancos nos dan o no facilidades. A futuro, cuando queramos crecer, ya veremos si nos surge o no este problema. Y al tener un producto un tanto exclusivo tampoco soportamos una fuerte competencia del comercio electrónico. Por tanto, lo que más nos preocupa es reducción de los ingresos reales de las familias. Entre comer o comprarse una lámina, está claro cuál es la elección.

P.– Las rebajas, ¿mejor de descuentos ardientes o templados?

R.- Nosotras hemos hecho alguna rebaja, pero más orientadas a liquidar stock de colecciones o productos que ya no vamos a ofrecer. Por ejemplo, los calendarios de 2024 los tenemos en rebajas. A nosotras descuentos tipo el Black Friday no nos merece la pena porque ya trabajamos con margen muy ajustados.

P.– Si pudieran decidir, ¿qué harían para promover el comercio local?

R.– Vegetalizar y peatonalizar las calles para que sea más agradable pasear por el centro, lo que no quiere decir que no lo sea ahora. Como ciudadanas también añadiríamos aparcamientos disuasorios y una red de transporte público más ágil. A nosotras la zona de Hernán Cortés nos gustó desde el principio porque tiene una mezcla de hostelería y de comercios un poco distintos, de tiendas de pequeños autónomos y sin grandes franquicias.

 

 

Un poco más

 

  • Su producto estrella

  • Las láminas. Especialmente las de Santander.

  • El más innovador

  • Los calcetines.

  • Un capricho. El más exclusivo

  • Los posavasos de madera con motivos de Santander y Cantabria.

  • Uno que les gustaría tener y no tienen

  • Ropa, pero eso es otro mundo.