Café comercial: Marta · Yedra
Los floristas acompañamos en todos los momentos importantes de la vida a nuestros clientes.
Desde la llegada de un nuevo miembro hasta su despedida, pasando por los cumpleaños, primer amor, desamor, la alegría del «porque sí»… así como los días especiales, comuniones, bodas…
Marta nos recibe en su Floristería, Yedra. Un comercio de barrio de verdad, de los que uno visita y sabe que volverá. Eva, su compañera de atención en tienda se encontraba de vacaciones.
Historia
Marta es de familia de comerciantes, hablamos de 4 o 5 generaciones atendiendo al público ósea que lo lleva en la sangre. Nos cuenta que los familiares por parte de su madre vendían de todo menos comida. Y justo por parte de su padre más alimentación. Cuando ambos vinieron del pueblo a la ciudad pusieron una tienda de comestibles en la calle San Celedonio. En el actual local de Yedra había un negocio que vendía cerámica que se llamaba “El Alfarero”.
“Yo he nacido en un mostrador y al final acabas en un mostrador”.
Este negocio finalmente se cerró cuando llegaron los míticos “Cadena 100” en los que se jugaba con las antiguas pesetas para llenar un comercio de pequeños y económicos objetos muy llamativos cuando comenzaron. Ella en aquella época tenía 23 años y como nos dice: “Yo he nacido en un mostrador y al final acabas en un mostrador”. Así que como la gustaba mucho estar de cara al público decidió que comenzaría con su negocio, que finalmente fue de flores.
“La ignorancia es la madre del atrevimiento”
Ella siempre dice que la ignorancia es la madre del atrevimiento, y es que comenzó abriendo sus puertas un 17 de abril de 1995, 15 días antes del día de la madre. Una locura de pedidos le llegaron y tuvo que saber y aprender de forma muy rápida porque no le quedó otra. Pero consiguió ofrecer a todos sus clientes los pedidos y aunque fuera una apertura un tanto arriesgada pudo superarla con éxito.
Una floristería con mensaje
Nos cuenta que los floristas están acompañando a sus clientes durante toda su vida en los momentos más importantes, sean tristes o alegres. ¡Qué bonita forma de saber entender un negocio, desde su parte más profunda y emocional! Aunque nos cuenta que a veces es difícil acompañar en un duelo, es siempre más fácil acompañar en las alegrías. Nos dice que casi son “antiguos sacerdotes o psicólogos” porque los comerciantes están allí para escuchar, ayudar, acompañar y asesorar.
“A veces es difícil acompañar en un duelo, es siempre más fácil acompañar en las alegrías”
Y es que Marta es una mujer cercana, ella se describe como una “humilde florista empática” sin darle ninguna importancia al gran peso de dos de las tres palabras de la frase, que son difíciles de conseguir en la mayoría de la humanidad. Eso se respira en esta floristería: sencillez, cercanía, amabilidad y mucha profesionalidad de años de trabajo. Esa humildad que se refleja continuamente en Marta y que tan grande la hace, vuelve cuando nos cuenta que le encanta escuchar a sus clientes y que de las personas mayores ha aprendido muchísimo de plantas, trucos y cuidados. Esto, es único en el comercio local y es la relación social entre las personas, que tanto necesitamos y que no deberíamos perder nunca.
Gracias Marta, por mostrarnos una mujer tan fuerte, cercana y trabajadora que tiene un comercio de barrio tan especial que lo hace único.
YEDRA
Pº General Dávila, 126
39006 Santander, Cantabria
Tel. 942 36 41 17
yedra@yedrafloristeria.es