Café comercial: Mónica Pescador · EDUARDO & PILAR PESCADOR
Tres generaciones de trabajadores volcados en evolucionar la peluquería y la belleza
PELUQUERÍA EDUARDO & PILAR PESCADOR
En Paseo de Pereda, 28, Santander y C.C. Bahía de Santander – El Corte Inglés, Nueva montaña
Historia
Su abuelo comenzó trabajando en Peña Herbosa en una barbería. Murió muy joven y su padre tuvo que dedicarse pronto a ayudar en la barbería. Cuenta Mónica que su madre en aquella época le ayudaba mucho, no era estilista ni peluquera, pero ayudaba en muchas cosas necesarias para echarle una mano.
Eduardo fue un hombre con ideas claras de futuro en el negocio. Siempre soñó con montar un salón en el Paseo de Pereda. Como sabemos todos, su sueño se hizo realidad a base de esfuerzo, trabajo y tesón. Y también podemos hablar de que en esta ecuación añadieron más factores como su afán por evolucionar y presentar siempre las últimas tendencias del sector y sus ganas continuas de aprender nuevas técnicas para traerlas a sus salones de Santander. Su primer sueño se hizo realidad fue en 1971 cuando se inauguró su primer salón de belleza en el Paseo de Pereda.
Eduardo, un visionario
Nos cuenta Mónica que su padre fue un auténtico emprendedor, un visionario de tiempos futuros. En una época como los años 70 en Santander, en la que sólo había barberías dedicadas a hombres y salones para mujeres, decidió incorporar en su nuevo salón una idea de peluquería mixta para hombres y mujeres. No sólo abrió una peluquería mixta, que no existía hasta el momento, sino que comenzó con horario continuo y añadió estética facial y capilar.
Algo que hoy en día nos puede parecer normal, que en aquella época fue un auténtico “boom” de un empresario como Eduardo que siempre supo ver el más allá.
Le gustaba mucho viajar y en sus viajes aprendía todo lo que podía, para poder traer a su salón todas las técnicas más novedosas que se realizaban en Francia por ejemplo. Que en aquella época era la cuna del sector. Estos viajes le hicieron crecer mucho y evolucionar siempre sin dejar que su negocio siempre ofreciera lo mismo.
Pionario en postizos, pelucas y nos cuentan que las mechas, cuando llegaron a su peluquería la cola de mujeres para entrar a hacérselas daba la vuelta a la manzana.
“Yo recuerdo de cría colas enormes que daban la vuelta a la manzana”
Siempre pendiente de traer todas las novedades para ofrecer a sus clientes lo mejor y lo más novedoso, exactamente igual que Mónica hoy en día. Le ha quedado esa herencia y además sus genes, que también la llevan a trabajar y estudiar continuamente para ofrecer lo mejor en su salón de peluquería.
“Tienes que seguir trabajando día a día, muchísimo”
Nuevo Rumbo
Su padre falleció hace 17 años, joven. Pero ha dejado un buen legado en sus hijas Pilar y Mónica que saben llevar y seguir evolucionando el salón como si estuviese Eduardo presente.
Nos cuenta que tiene un equipo de personal que llevan siempre con ella, incluso que ya estaban antes con su padre. ¡Cuánto dice esto de una persona, profesional y de un propio negocio! Porque saber trabajar tan bien un equipo de profesionales, hacer que el equipo se convierta en una familia siempre hará que el servicio sea mucho más real, profesional y efectivo. Porque se trabaja con cariño.
“Nos diferenciamos porque somos peluquería de autor”
Mónica continuamente sigue formándose y formando a su equipo. Técnicas nuevas, aparatología, novedades… Cree que es la forma de tener siempre lo mejor para sus clientes y ofrecer las mejores garantías y las técnicas más modernas.
Qué maravilla este café, en el que Mónica nos ha abierto las puertas de la historia de su familia y de su negocio. También las de su corazón, porque oírla hablar de su padre con tanto respeto, cariño y honor de ver todo el trayecto profesional que consiguió la llena de orgullo. Decirte Mónica, que desde que no está a tu lado sigues trabajando y llevando la esencia de tu padre en un negocio en el que se trata al cliente con cariño y profesionalidad. Puedes estar orgullosa porque esa esencia y buen hacer de tu padre sigues trabajándolo y evolucionándolo en Eduardo y Pilar Percador.
¡Gracias!